Qué es el Retiro de Emaús: Mi Experiencia y Todo lo que Necesitas Saber

Seguro que has llegado hasta aquí porque alguien, con una sonrisa un tanto misteriosa, te ha invitado a un retiro de Emaús. Y ahora, un montón de preguntas te bombardean la mente: ¿Un fin de semana entero? ¿Con gente que no conozco? ¿Sin móvil? Y, sobre todo, la pregunta del millón: ¿qué es el retiro de Emaús exactamente?

Tranquilo, yo estuve en tu misma situación no hace mucho. Mi amigo Carlos no paraba de insistir. «Tienes que ir, te va a encantar», me decía. Yo, que andaba metido en mi rutina de trabajo, casa y algún que otro plan de fin de semana, no lo veía nada claro. «No tengo tiempo», «eso no es para mí», «ya iré otro año»… Le puse todas las excusas del manual.

Pero al final, su insistencia (y mi curiosidad, para qué negarlo) ganaron la batalla. Hice la maleta con pocas ganas, metí un par de vaqueros, ropa cómoda y un libro «por si me aburría». Spoiler: no lo abrí.

Hoy te escribo esto no solo para contarte mi experiencia, sino para intentar responder a esa gran pregunta que te trajo aquí. Lo haré desde mi vivencia, sin desvelarte las sorpresas, porque esa es parte de la magia.

Mi viaje a Emaús: Cómo llegué a un retiro del que no sabía nada

La verdad es que llegué el viernes por la tarde a la casa de convivencias con una mezcla de escepticismo y nervios. Vi a un montón de gente que no conocía de nada, algunos con cara de estar tan perdidos como yo. Nos recibieron un grupo de personas, los «servidores», con una alegría que casi me pareció exagerada. «Estos sí que están contentos», pensé para mis adentros.

Lo primero que te piden es que dejes el reloj y el móvil. Al principio, sientes un pequeño síndrome de abstinencia. ¿Cómo voy a sobrevivir sin saber la hora o sin mirar WhatsApp? Pero, créeme, es uno de los mayores regalos del retiro. Es una desconexión total del ruido de fuera para poder conectar con lo de dentro. Si te estás preguntando sobre emaús, que es un retiro de desconexión, la respuesta es un sí rotundo.

Entonces, ¿qué es el retiro de Emaús realmente?

Vale, vamos al grano. El retiro de Emaús es un retiro espiritual católico, organizado por laicos para laicos. Su nombre viene del pasaje del Evangelio de San Lucas (Lc 24, 13-35), donde dos discípulos, desanimados y tristes tras la muerte de Jesús, caminan hacia una aldea llamada Emaús. Por el camino, un desconocido se une a ellos, les explica las Escrituras y, al final del día, lo reconocen como el propio Jesús al partir el pan.

Esa es la esencia del retiro: un camino. Un fin de semana para parar, reflexionar y, tal vez, encontrarte con Jesús en tu propio camino, en tu propia vida, a menudo sin que te des cuenta.

No es un curso de teología, ni una serie de misas interminables. Es una experiencia basada en testimonios personales. Personas como tú y como yo, con sus trabajos, sus familias, sus alegrías y sus problemas, comparten una parte de su vida. Y es ahí donde ocurre la magia. Te das cuenta de que no estás solo en tus luchas, de que tus miedos y esperanzas son compartidos por muchos otros.

No es lo que te esperas (y eso es bueno)

Si esperas un fin de semana de silencio absoluto y rezos monótonos, te equivocas. En Emaús hay de todo: momentos de profunda reflexión, sí, pero también hay risas, muchas risas. Hay música, hay abrazos (de los que recomponen), hay lágrimas (de las que sanan) y, sobre todo, hay una sensación de comunidad y de familia increíble.

Los «servidores», esas personas que te reciben con una sonrisa de oreja a oreja, son personas que ya han vivido el retiro y que dedican su fin de semana a cuidarte. Y cuando digo cuidarte, me refiero a todo. Preparan la comida, organizan las actividades, están pendientes de si necesitas algo… Te sientes arropado y querido de una forma que es difícil de explicar con palabras. Te hace entender que es el retiro de emaus: una experiencia de amor entregado.

El fin de semana que te cambia la perspectiva

Yo llegué el viernes siendo un tío agobiado por el trabajo, algo cínico con las cosas de la fe y pensando que ya lo sabía todo. Y me fui el domingo… diferente. No es que viera ángeles ni escuchara voces celestiales, nada de eso. Simplemente, me fui en paz.

Me fui con una sensación de ligereza, como si me hubieran quitado un peso de encima que ni siquiera sabía que llevaba. Volví a conectar con una parte de mí que tenía olvidada, con mi espiritualidad. Y lo más importante: me fui con un montón de amigos nuevos, gente con la que había compartido algo muy íntimo y real en apenas 48 horas.

¿Para quién es el retiro de Emaús?

Esta es otra de las grandes preguntas. Y la respuesta es muy sencilla: para todo el mundo. Da igual tu situación:

  • Si tienes fe y quieres profundizar en ella.
  • Si perdiste la fe por el camino y sientes nostalgia.
  • Si estás enfadado con la Iglesia o con Dios por lo que sea.
  • Si simplemente sientes un vacío o que a tu vida le falta «algo».
  • Si estás feliz y tu vida va genial, pero eres una persona curiosa.
  • Si, como yo, vas porque un amigo pesado no para de insistir.

Emaús acoge a todos, sin juicios. No te van a preguntar cuánto rezas ni desde cuándo no vas a misa. Solo te van a pedir que vayas con el corazón abierto. Una vez allí, entenderás mucho mejor qué es el retiro de emaús y por qué es tan universal.

Mitos y realidades: Desmontando ideas preconcebidas

Quizás has oído hablar del «secretismo» de Emaús. No es secreto, es sorpresa. No se cuentan los detalles para proteger la experiencia de quienes van a vivirla por primera vez. Es como contar el final de una película: le quita toda la gracia. La estructura del retiro está pensada para que te vayas sorprendiendo y dejando llevar.

No es un grupo cerrado ni exclusivo. De hecho, es todo lo contrario. Es una iniciativa totalmente integrada en las parroquias y aprobada por la Iglesia. La base de todo, como te decía, es el encuentro de los discípulos con Jesús camino de Emaús, un relato precioso que puedes leer en la propia web del Vaticano. Esa es la única «fórmula secreta».

Mi consejo si estás pensando en ir a Emaús en 2025

Si después de leer todo esto sigues teniendo dudas, mi consejo es simple: ve.

Confía en la persona que te ha invitado. Nadie te invita a Emaús para fastidiarte, sino porque te quiere y piensa que esa experiencia puede ser algo bueno para ti. Deja las expectativas y los prejuicios en la puerta. Ve con la mente y el corazón abiertos, dispuesto a dejarte sorprender.

Si a lo largo de este año 2025 te llega la invitación, no la dejes pasar. Puede que sea justo lo que necesitas, aunque aún no lo sepas. Para mí, fue un punto de inflexión. No solucionó todos mis problemas, pero me dio las herramientas y la paz para afrontarlos de otra manera.

En definitiva, si me vuelves a preguntar «qué es el retiro de Emaús», te diré que es un regalo. Un paréntesis en la locura del día a día. Una oportunidad para parar, para escucharte, para sentirte querido y para encontrarte con Dios de una manera personal y cercana.

No dejes que te lo cuenten. Vívelo.

Preguntas Frecuentes

Pregunta: ¿Tengo que ser católico practicante o creyente para ir al retiro de Emaús?

Respuesta: No, en absoluto. El retiro está abierto a todo el mundo, independientemente de su situación de fe. Acoge a personas que dudan, que se sienten alejadas de la Iglesia, que no son creyentes o que simplemente tienen curiosidad. No se te juzgará ni se te harán preguntas sobre tu vida de fe; solo se te pide ir con una mente abierta.

Pregunta: Se menciona que hay que dejar el móvil. ¿Qué pasa si hay una emergencia y mi familia necesita contactarme?

Respuesta: La desconexión del móvil es para ayudarte a vivir la experiencia plenamente, pero la organización siempre tiene previstas las emergencias. Al inicio del retiro, se proporciona un número de teléfono de contacto a los participantes para que lo compartan con sus familiares. En caso de cualquier urgencia, la organización se encargará de localizarte de inmediato.

Pregunta: ¿Por qué no se cuentan los detalles de lo que pasa en el retiro? ¿Es algún tipo de grupo secreto?

Respuesta: No es secreto, es sorpresa. La razón por la que no se desvelan los detalles es para proteger la experiencia de cada persona y permitir que la viva de manera auténtica, sin ideas preconcebidas. Es una iniciativa aprobada por la Iglesia Católica y totalmente integrada en las parroquias, basada en el encuentro con Jesús de los discípulos camino de Emaús.

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